En tiempos del Imperio
Romano se calcula que vivían unos 50 millones de
personas en torno al Mediterráneo. Estos podían
ser personas libres o esclavos.
Entre
las personas libres había
ricos (propietarios de tierras y grandes comerciantes)
y humildes (artesanos, campesinos y pequeños comerciantes)
Además, entre las personas libres, sólo
los ciudadanos romanos podían
votar en las elecciones o ser elegidos para cargos públicos.
Los esclavos no tenían
derechos y eran posesión de sus amos. Trabajaban
en las minas, el campo, el servicio doméstico o
eran gladiadores en los anfiteatros.