Estaban rodeadas de murallas
con puertas de acceso fortificadas que se cerraban por la
noche. De esta manera se podía controlar las personas
y mercancías que entraban y salían.
Las viviendas,
muchas de madera y sin casi ventanas, estaban pegadas unas
a otras, alineadas en calles estrechas empedradas y sin alcantarillado.
Las calles confluían en el espacio más importante,
la plaza mayor.
Alrededor
de la plaza mayor estaban los edificios más importantes:
la iglesia, el ayuntamiento, el hospital, el hospicio... En
esta plaza se instalaban los mercados y ferias.
LA ÉPOCA DE
LOS CASTILLOS - 5º CURSO DE E.
PRIMARIA